Educación

Como cada año con el comienzo del curso escolar empezamos a hablar del mismo tema ¿Cómo está la educación? ¿Cuál es el problema? Porque, no nos engañemos, algo pasa y gordo, cuándo nuestros adolescentes y jóvenes no paran de salir en la página de sucesos de los periódicos y las noticias de televisión y radio abren con estos hechos.

No creo que la solución sea, simplemente, hablarle de usted a los profesores, o subirlos a éstos a las famosas tarimas que tenían antes. Yo soy de una generación en la que no sólo hablábamos de tú a los profesores, incluso fumábamos en algunas clases que el profesor lo hacía, eran otros tiempos. Pero no por eso le faltábamos el respeto a los profesores o profesionales que trabajaban en el centro de estudios, es más, los teníamos en algunos casos como ejemplo a seguir, no sólo a los maestros, también al bedel o la limpiadora que realizaban su trabajo y no tuvieron nunca el menor problema con ningún alumno, más allá de las travesuras de chavales jóvenes que no hacían daño a nadie. Creo que va más con el sistema educativo. Un sistema que le deja muy pocas opciones a los profesores y demás profesionales de la enseñanza, un sistema donde lo que dice el alumno es más importante que lo que diga el profesor, un sistema en el que el padre te puede recriminar por hablarle un poco “más alto” de lo normal a su hijo o hija.

Quizás si se hiciera un gran pacto de todos los partidos políticos, en el que con cada cambio de partido en el Gobierno no hubiera un cambio en el sistema educativo, la cosa fuera un poco mejor. A lo peor no se arreglaba nada, pero por lo menos quitaríamos un debate del foco de atención, en el que parece que los políticos sólo se ponen de acuerdo para subirse el sueldo a principio de cada legislatura y para irse, unos a otros y estos a aquellos, echándose la culpa de si en esta o aquella Comunidad Autónoma se funciona mejor. Puede que pasaran estas cosas, pero al menos sabríamos como atajarlas de raíz.

Publicado en «La Voz de Ronda» 26/09/2009

Móviles

Mi compañía telefónica ha tenido la feliz idea de regalarme un nuevo teléfono, según creían el que tenía estaba desfasado, que dicen mis sobrinos que es la “caña”.

Es una “pasada”, con pantalla táctil (con sólo mover el dedo te llevas las imágenes de aquí para allá), hace unas fotos impresionantes con sus 5 megapíxeles (que debe ser muchísimo), si quieres puedes ponerte los auriculares y oír música con su reproductor mp3, incluso sintonizar las emisoras de radio con darle a un botón (con el dedo, que para eso es táctil). Tiene GPRS, Bluetooth, IrDA, WAP y muchas siglas más. Le puedes añadir una tarjeta micro-SD con la que ampliar la memoria para incluir toda la música y fotografías que quieras. También puedes mandar e-mail y hasta te sirve de GPS por si te pierdes con el vehículo. La pantalla es de no se cuantos miles de colores (yo me pierdo con el arco iris, no sabía que existían tantísimos colores), viene con WI-FI para que te puedas conectar a Internet en los sitios en los que haya cobertura adecuada para ello.

Aparte de grabar y editar videos, le puedes incluir música o, si quieres, haces grabaciones de voz que después añades al video (que te conviertes en Amenábar de una tacada). Incluso, si eres un manitas, tiene hasta para editar la música o hacer tus propias partituras que se convierten en magníficos sonidos, no podía ser de otra forma, para incluirla en tus videos o presentaciones de fotografías que quedan “de lujo”.

Me he leído las instrucciones tres veces, vamos como si me fuera a examinar, ni para selectividad estudié tanto. Lo sé casi todo pero, gracias a Dios, a mi mujer aún no le han regalado ningún teléfono y tiene uno “antiguo”, con el que he podido llamar a la compañía para saber si alguien me puede explicar como carajo se hace para hacer una llamada, que desde que tengo el móvil nuevo no he podido hablar ni con mis padres.

Publicado en «La Voz de Ronda» 19/09/2009

Arte

Arte pueden ser muchas cosas. Arte es ponerte delante de un lienzo en blanco y dibujar un magnífico paisaje o un retrato, coger una partitura e interpretar una melodía maravillosa, de un trozo de madera o barro hacer una figura que sirva para que la miren y admiren las personas que ante ella se planten, realizar una poesía o canción que los que la lean o escuchen se emocionen, todo eso y mucho más es Arte.

Arte es hacer de una feria una simbiosis perfecta entre fiesta y alegría, celebración entre todos con armonía y amistad en la que los únicos choques sean los de las copas brindando porque el año próximo la celebración sea aún mejor.

Arte es vestirse de Goyesca para hacer una entrada triunfal en el centenario coso rondeño ante el aplauso y la emoción de miles de personas que en ese momento sólo desean ser mujer rondeña. Vestirte de bandolero para acompañarlas en el recorrido a lomos de un magnífico caballo. Tener una Plaza de Toros de piedra, en la que todos los toreros intentan hacer la faena de su vida, en la que únicamente asomarte a la barrera hace que las mariposas te lleguen al estómago a una velocidad pasmosa, haciendo que al llegar a tu cabeza se conviertan en pajaritos soñando en la faena perfecta. Vestirte de luces y presentarte ante un público expectante sin que te tiemblen las piernas y darle forma a ese sueño ante un animal que intenta defenderse y que éste embista hacia donde tú quieres, que el público pida los máximos trofeos para salir por la Puerta de Pedro Romero entre los aplausos de un público entregado al Arte y el valor.

Pero sobre todo lo es dedicarle (no como hacen en la mayoría de los pueblos a un Patrón o Patrona, Santo o Santa) una feria a un torero, por mucho que inventara el toreo a pie. Hay que tener mucho Arte para dedicarle unas fiestas a D. Pedro Romero ¡eso es Arte!.

Publicado en «La Voz de Ronda» el 05/09/2009

Ontinyent

Normalmente la grandeza de un pueblo se mide por la de sus gentes, si el pueblo es espectacular las fiestas que en él se desarrollan serán espectaculares y ese es el caso.

Tuve la oportunidad durante la semana pasada de visitar las fiestas de Ontinyent con unos amigos. Los desfiles que se producen durante su fiesta son magníficos. Desde la Entrada de las tropas Cristianas y Moras, pasando por la bajada del Cristo de la Agonía (patrón de Ontinyent) desde la Ermita a la Iglesia de San Carlos y la procesión al día siguiente, sin olvidar las dianas que hacen por la mañana del sábado y domingo, aparte de muchísimos y muy variados actos más que serían imposible resumir en tan poco espacio. La espectacularidad de sus trajes y su forma de vivir la fiesta es algo que no debería perderse nadie ya que disfrutará de algo que es inimaginable, colorido, alegría y fiesta en la que no falta en ningún momento la música sublimemente interpretada (espectacular el momento en el que un afamado Director de orquesta, uno diferente cada año, dirige a más de mil músicos tras la entrada de las bandas de música participantes) y, por supuesto, la pólvora que no falla ni en la representación del Contrabando ni en las representaciones de las Embajadas Mora y Cristiana, espléndido.

Esta feria, el día de la cabalgata, podremos disfrutar de una representación de estas fiestas. No nos lo podemos perder, los que lo hemos visto en su casa recordaremos parte de lo que allí vivimos y los que no lo han podido ver tendrán una excusa perfecta para visitar estas fiestas indescriptibles por mucho que intentemos contaros los que la vimos.

Por supuesto, cuando llegues allí, no digas que eres de Ronda, te tratarán mucho mejor que si estuvieras en tu propia casa y te querrás quedar. Amigos Contrabandistas el año que viene, sin duda alguna, prepararemos la mejor Embajada de la historia, contad con nosotros. De mí que puedo decir, si ya soy Contrabandista “per sempre”.

Publicado en La Voz de Ronda 29082009